¡Hablo nuevamente el coyote!!
Este Coyote que habla ahora, es aquel Coyote de antaño, de la época en que era normal jugar a la escondida china., al caballito de bronce, al pillarse, a las escondidas, donde tomarle la mano a una amiga era sólo señal de amistad y no de opción sexual, donde las fiestas comenzaban a las diez y terminaban a las dos de la madrugada, pero que en el fondo jamás terminaban, donde aún se podía jugar en las calles o en la plaza y tratar de construir muchas veces esa casa club soñada, sin el temor a ser violados, asaltados o golpeados por su forma diferente de vestir. El coyote que habla ahora es el de antaño, el que extraña esos días donde apenas se preguntaba el nombre, menos el apellido, quizás tu calle, quizás tu villa o simplemente nada, por que lo importante era que estabas ahí y jugabas conmigo. Este Coyote que habla ahora, extraña comer azúcar sin el miedo a enfermarse, extraña meterse a la piscina sin miedo a que le den calambres, extraña tomar agua de la manguera en las calles, sin el miedo a que no sea agua purificada, extraña tomarse un jugo Yupi sin el miedo a que no tenga sucralosa, extraña esos días donde lo único importante era el encuentro con esos amigos queridos que salían todas las tardes para jugar a algo más entretenido que ayer. En el fondo este Coyote extraña no sentir miedo al lo que pasará mañana …
Este Coyote que habla ahora, es aquel Coyote de antaño, de la época en que era normal jugar a la escondida china., al caballito de bronce, al pillarse, a las escondidas, donde tomarle la mano a una amiga era sólo señal de amistad y no de opción sexual, donde las fiestas comenzaban a las diez y terminaban a las dos de la madrugada, pero que en el fondo jamás terminaban, donde aún se podía jugar en las calles o en la plaza y tratar de construir muchas veces esa casa club soñada, sin el temor a ser violados, asaltados o golpeados por su forma diferente de vestir. El coyote que habla ahora es el de antaño, el que extraña esos días donde apenas se preguntaba el nombre, menos el apellido, quizás tu calle, quizás tu villa o simplemente nada, por que lo importante era que estabas ahí y jugabas conmigo. Este Coyote que habla ahora, extraña comer azúcar sin el miedo a enfermarse, extraña meterse a la piscina sin miedo a que le den calambres, extraña tomar agua de la manguera en las calles, sin el miedo a que no sea agua purificada, extraña tomarse un jugo Yupi sin el miedo a que no tenga sucralosa, extraña esos días donde lo único importante era el encuentro con esos amigos queridos que salían todas las tardes para jugar a algo más entretenido que ayer. En el fondo este Coyote extraña no sentir miedo al lo que pasará mañana …
2 comentarios:
extrañar el tomar jugo yupi sin ponerse a analizar su contenido de sucralosa, mmmm, ciertas veces he sentido algo similar, pero en realidad me gusta este presente, con una conciencia mucho mayor.
el ayer era ingenuo, eramos mas ingenuos, eramos mas niños...
hemos crecido, y crecer me parece bien.
cariños mil.
alita... como comparto tus palabras, a veces me quedo pegada un poco mirando hacia atrás, no se si los recuerdos bonitos son por la ingenuidad que mencionaba la chrisita o porque de verdad este mundo a convulsiones te limita con sus miedos. hoy me debato un poco entre esos miedos y extraño más aún el arrancarme al patio despues de haber visto mucha tele jajaj, y quedarme mirando las estrellas, jurando de guata que Ami estaba en algun lugar.
saludillos gigantes, espero verte pronto
sol
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